Aprendemos a leer, aprendemos a
comprender y aprendemos a aprender leyendo. Estas son las fases por las que
toda persona pasa, o debería pasar, en su alfabetización lectora. Primeramente
aprendemos decodificar los signos de la lengua, que posteriormente pasaremos a
interpretar y a construir de ello nuestro propio significado. Pero para que una
persona llegue a comprender un texto, a construir su propia interpretación, no es suficiente con la corrección, coherencia y organización
del mismo; para ello, también, es necesario la actitud activa del lector, que
ha de poner en marcha su mecanismo cognitivo, que le ayude a comprender y
atribuir significado a lo que lee. Para ello, y como bien menciona Solé, I.
(p.34), deben tenerse en cuenta diferentes cuestiones propias del lector: el
conocimiento previo sobre el tema de la lectura, los objetivos que nos llevan a
realizar dicha lectura y la motivación que se tenga para llevarla a cabo.
Estas
tres cuestiones planteadas por la autora, deben de tenerse muy presentes a la
hora de abordar actividades de lectura en nuestras aulas. Para desarrolla y
potenciar la comprensión lectora, deberemos, por tanto, tener en cuenta los esquemas
de conocimiento que posee cada uno de nuestros alumnos, planteando textos que
ayuden a cada uno de ellos a activar y relacionar lo que lee con sus conocimientos
previos, garantizando así el primer paso hacia la comprensión. Además, y
completamente relacionado con el aspecto anterior, deberemos ayudar y hacer ver
a nuestros alumnos cual es el objetivo de cada lectura que plateamos, ofreciéndoles
y ayudándoles a desarrollar diferentes estrategias de lectura para los
diferentes objetivos que se persigan, encaminando así el control hacia la comprensión
del texto. Por último, se debe mencionar la motivación como otro aspecto a
tener en cuenta en nuestra labor como mediadores entre nuestros alumnos y la comprensión
de la lectura, ya que encontrarle sentido a lo que se hace y sentirse capaz de
ello es fundamental para lograr dicha motivación; y por eso, debemos intentar
que el contenido de las lecturas sea cercano e interesante para nuestro
alumnado y que se propio para su
desarrollo evolutivo.
Pero
además de fomentar la compresión lectora de nuestros alumnos, de ayudarles a construir
su propio significado de lo leído, deberemos de enseñar a nuestros alumnos que
la lectura es un medio indispensable para aprender, para adquirir nuevos conocimientos;
como bien menciona Solé, de leer para
aprender (p.37). Pero como ya he mencionado más arriba, y como también menciona
la autora, se trata de lograr un aprendizaje significativo, de relacionar los
esquemas de conocimiento, los conocimientos previos de cada uno, con lo que se
lee; se trata de atribuirle un significado personal a lo que aprendemos
mientras leemos.
A
modo de conclusión, podríamos decir, que la comprensión lectora con sus
aspectos elementales, esquemas de conocimiento, objetivos y motivación, son los
elementos fundamentales para llegar a ser capaz de aprender leyendo; pero que a
la vez, para aprender leyendo nunca podremos dejar de lado dicha comprensión.
Es por tanto, que en nuestra labor como docentes, deberemos tener todos estos
aspectos en cuenta: tenemos que enseñar a nuestros alumnos a leer, a comprender
lo que leen y a aprender de lo que leen.
BIBLIOGRAFÍA
-Solé, I. (2011). Estrategias de
Lectura. Barcelona: Editorial Graó.
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